jueves, 21 de febrero de 2013

Iluminados


Hay un hombre entre tantos, al que le tengo un tremendo aprecio, casi incluso; como si de mi hermano se tratara. Un hombre al que todos deberíamos apreciar y darle un abrazo fraternal cada vez que lo veamos por la calle. El Sr. Gallardón.
Un hombre con grandes visiones de futuro hacia nuestro País, cosas como prohibir el aborto en los casos que ellos crean que el motivo que se expone no valido o la pastillita del día después, esa que nos salva a más de uno cuando desgraciadamente se rompe el condón.
Por lo visto este hombre debe dedicarse a la práctica de las felaciones al estilo bucaque en las oficinas de los altos mandatarios de la iglesia mientras ellos le ordenan que es lo que debería prohibir ya que es pecado.
Vamos, que si no tienes ni un puñetero duro para traer a esa criatura al mundo o tiene malformaciones al 90% esos no son argumentos para abortar, traer a una criatura que no tendrá una vida plena. Pues, por lo visto, no es un argumento válido para este ser deleznable
Y para sus chulos. En los que en su iglesia hay (enfermos mentales sería un término despectivo para los que realmente sufren alguna enfermedad de este tipo) auténticos hijos de….Dios.
Supongo que para ellos eso es más aceptable. Claro los “pobres hombres” llevan años de castidad y al final la tensión sexual por algún lado tiene que explotar. Pobrecitos vamos a maquillar todo esto que la gente no se entere, que los pobres hombres no tienen la culpa.
A lo que iba, que vivimos en 1900 y la iglesia sigue siendo la “number one” en temas de que es ético o no y el PP lo pone en práctica, como sus putillas que son lógicamente.
Otro tema es bajar el presupuesto e invertir menos en ciencia porque por lo visto eso no ayuda a nadie. Hay que ir a rezar. Así que ya sabe, si tiene usted algún cáncer vaya a la iglesia a rezar que bajar nuestro señor Jesucristo y le sanara todo lo malo.

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